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Porque Él es nuestro Dios,
Y nosotros el pueblo de Su prado(A) y las ovejas de Su mano.
Si ustedes oyen hoy Su voz(B),
No endurezcan su corazón como en Meriba(C),
Como en el día de Masah(D) en el desierto,
Cuando sus padres me tentaron(E),
Me pusieron a prueba, aunque habían visto Mi obra.

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